
Mons.
 Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en 
Ginebra (Suiza), dijo que es apropiada una intervención del Alto 
Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en el caso de la 
cristiana Farah Hatim, secuestrada y forzada a convertirse al Islam en 
Pakistán, pues se
 ha violado su derecho a la libertad religiosa.
Tomasi,
 dijo a la agencia Fides que el caso de Farah “es uno de los muchos 
casos denunciados (…) de chicas cristianas secuestradas, obligadas a 
casarse, a renunciar a su fe e islamizadas por la fuerza”.
“Se
 trata de una violación de los derechos humanos, de la libertad de 
conciencia y de religión, y de un abuso de la libertad personal más 
grande, la libertad de elegir cómo vivir la propia vida”, destacó 
Tomasi.
Cuando
 se dan estas “situaciones de persecución religiosa contra las minorías 
religiosas (…), es importante que se ponga a disposición del Alto 
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos una 
documentación detallada, para que de acuerdo con el mandato que cubre 
inicie una investigación formal”.
Indicó
 que algunas ONGs católicas acreditadas ante la ONU ya están preparando 
un informe sobre el caso de Farah Hatim. “Es un deber de solidaridad con
 los cristianos que sufren por su fe”, afirmó.
La
 ley de blasfemia “es un punto delicado en el tema de la libertad 
religiosa en Pakistán”, indicó, incluso los musulmanes la consideran 
injusta, por eso
 asesinaron al Ministro Federal de las minorías religiosas, Shabhaz 
Bhatti, por querer cambiarla. “Tratar de cambiar esta ley es una 
prioridad para las comunidades cristianas”, añadió Tomasi.
 
 
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