QUE ES :
Es la comunidad de personas que creen en Nuestro Señor Jesucristo, a la que se ingresa por medio del sacramento del Bautismo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y que tiene como cabeza o jefatura a su Fundador.
Es la comunidad de personas que creen en Nuestro Señor Jesucristo, a la que se ingresa por medio del sacramento del Bautismo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y que tiene como cabeza o jefatura a su Fundador.
QUIEN LA FUNDO :
La fundó alguien determinante en la historia de la humanidad : un Ser Divino y Humano a la vez, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, la encarnación de la segunda persona de la Santísima Trinidad en género humano - en la Santísima Virgen María precisamente - por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació en un pesebre, en una aldea de Belén, y su nombre es Jesucristo.
La fundó alguien determinante en la historia de la humanidad : un Ser Divino y Humano a la vez, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, la encarnación de la segunda persona de la Santísima Trinidad en género humano - en la Santísima Virgen María precisamente - por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació en un pesebre, en una aldea de Belén, y su nombre es Jesucristo.
CUANDO Y DONDE LA FUNDO :
Hace casi dos mil años en Palestina, dando cumplimiento a lo predicho por los profetas del Antiguo Testamento que hablaron de un Mesías, un Ungido de Dios, el Cristo, que vendría a restablecer la humanidad a su condición natural; a la que tenía antes del problema originado por los primeros ancestros, Adán y Eva. Es decir, vino a restaurar la imagen y a devolver la semejanza de Dios al ser humano, que había perdido por desobediente soberbia, volviendo a ser nuevamente imagen y semejanza de Dios.
Hace casi dos mil años en Palestina, dando cumplimiento a lo predicho por los profetas del Antiguo Testamento que hablaron de un Mesías, un Ungido de Dios, el Cristo, que vendría a restablecer la humanidad a su condición natural; a la que tenía antes del problema originado por los primeros ancestros, Adán y Eva. Es decir, vino a restaurar la imagen y a devolver la semejanza de Dios al ser humano, que había perdido por desobediente soberbia, volviendo a ser nuevamente imagen y semejanza de Dios.
COMO LA FUNDO :
Dando su ejemplo personal de santidad y predicando el Evangelio (la Buena Nueva), un nuevo mensaje de amor, de perdón mutuo, de fe, esperanza y caridad. Otorgando la paz a las almas de los angustiados, y obrando milagros tales como sanar a los enfermos, devolviendo la vista a los ciegos, y resucitando a los muertos, testimoniando de muchas formas su origen divino ante los seres humanos y entregando su vida como precio de la redención; resucitando gloriosamente de entre los muertos, como primicia de nuestra futura resurrección a la vida eterna.
Dando su ejemplo personal de santidad y predicando el Evangelio (la Buena Nueva), un nuevo mensaje de amor, de perdón mutuo, de fe, esperanza y caridad. Otorgando la paz a las almas de los angustiados, y obrando milagros tales como sanar a los enfermos, devolviendo la vista a los ciegos, y resucitando a los muertos, testimoniando de muchas formas su origen divino ante los seres humanos y entregando su vida como precio de la redención; resucitando gloriosamente de entre los muertos, como primicia de nuestra futura resurrección a la vida eterna.
QUIENES FUERON LOS PRIMEROS SEGUIDORES :
La gente que habita en Palestina, puesto que allí recorrió pueblos y aldeas, llevando su mensaje y presencia salvadora. Entre los discípulos que le seguían, el Maestro Jesús escogió a doce apóstoles : Simón llamado Pedro ; Andrés su hermano ; Jacobo hijo de Zebedeo y su hermano Juan ; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo ; Lebeo, por sobrenombre Tadeo ; Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
Eran personas sencillas : pescadores, artesanos, funcionarios públicos, a quienes llamó para seguirle y difundir su obra en la tierra. Primero los formó mediante su ejemplo personal, su prédica y su accionar milagroso. Luego, rogó al Padre por la unidad de ellos, y les envió el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, para darles la necesaria fortaleza y plena comprensión para realizar la obra que les encargó: ir y bautizar a todas las naciones, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
PARA QUE FUNDO LA IGLESIA :
Para otorgar a los seres humanos un camino hacia la perfección y la salvación : Un camino de perfección en el amor al prójimo y las buenas obras, en la vivencia de la fe, en el encuentro íntimo con Dios, en la oración y por sobre todo, en la recepción de la Gracia Divina presente en los Santos Sacramentos.
Y un camino de salvación, elevando nuestras almas y cuerpos hacia Dios para que participemos de sus Energías Divinas, plenas de luz, como se manifestaron a Santiago, Pedro y Juan cuando Nuestro Señor Jesucristo se transfiguró en el Monte Tabor.
QUIENES LA FORMAN :
La Iglesia es un puente tendido entre el Cielo y la propia Tierra, diseñado y creado por el Dios-Hombre. La forman todos los bautizados en el nombre de la Santísima Trinidad : los que hoy estamos en la tierra y también por nuestros antepasados creyentes, que partieron de este mundo a la Patria Celestial.
Los seres humanos somos creados por Dios a Su Imagen y Semejanza, libres, con alma racional, personas compuestas de alma y cuerpo. En nuestro caminar hacia El nos encontramos con muchas dificultades, y somos en tantos aspectos limitados, por debilidades, caídas, vicios, agresiones, intolerancias, odios, resentimientos, angustias, dolores, etc., que jalonan nuestras vidas.
Sin embargo, a pesar de todos estos problemas nuestros, la Iglesia es Santa porque Santo es Su Fundador, Santos son los Sacramentos que recibimos en ella y Santo es su propósito : que alcancemos la santidad personal en la comunidad.
Somos una masa, y nuestra levadura es el Señor, para que la debilidad de cada ser humano sea transformada por la fortaleza divina. Así, el ser humano se renueva, nace a una nueva vida donde reina el Amor y la Luz de Dios Uno y Trino.
COMO SE ORGANIZO :
Transcurridos cincuenta días desde la Gloriosa Resurrección del Señor (diez días después de su Ascensión a los cielos), la comunidad de unas ciento veinte personas, en la cual se encontraba Santísima Virgen María, la Madre de Dios, junto a los Apóstoles, mientras oraban en la casa donde habían celebrado la Ultima Cena con el Maestro, experimentaron la irrupción del Espíritu Santo, que apareció como lenguas de fuego que se repartieron y asentaron sobre cada uno de ellos, cumpliéndose así la promesa hecha por Nuestro Señor Jesucristo.
El Espíritu Santo, Espíritu de Verdad y Fortaleza del Cosmos, otorgó sus dones a los Apóstoles para que comprendieran plena y conscientemente la enseñanza del Señor; y para que emprendieran con éxito la predicación a todos los pueblos y naciones en sus propias lenguas, sean judíos, griegos, árabes, escitas, egipcios, etc., hasta los confines de la Tierra. El Espíritu Santo también les fortaleció para sobrellevar la pesada y cruenta carga de las terribles persecuciones sufridas por los primeros cristianos y posteriormente por todos los mártires, hasta el día de hoy.
Los Apóstoles fueron predicando por las aldeas, ciudades y metrópolis de su época. Así crearon comunidades, dejando a cargo de ellas a un Obispo, ayudado por los ancianos o presbíteros y por los jóvenes llamados diáconos, quienes les colaboraron atendiendo toda clase de necesidades.
Las comunidades cristianas fueron creciendo y estructurándose, alabando al Señor, celebrando la Sagrada Eucaristía, mientras esperaban la vida triunfante de Cristo para reinar eternamente entre nosotros. Obraban el bien para y por todos, compartiendo como hermanos, puesto que eran hijos de un mismo y amoroso Padre Celestial.
Con el tiempo, los Obispos de las Metrópolis fueron llamados Arzobispos Metropolitanos y convocaban sínodos para resolver los problemas eclesiales de sus jurisdicciones. Al Metropolita de la Capital de una nación, reino o imperio, se le denominó Patriarca, siendo el Presidente del Sínodo, pero como primero entre iguales entre los demás obispos.
La Iglesia se caracterizó por una descentralización administrativa y su organización no obedecía a cuestiones dogmáticas. Así, en los primeros siglos, la cristiandad conoció los siguientes Patriarcados : Jerusalén (en Palestina), Antioquía (en Siria), Alejandría (en Egipto), Roma (en Italia), y Constantinopla (en Asia Menor, Capital del Imperio Romano Oriental).
Posteriormente, se crearon nuevos patriarcados, como el del Kiev (Ucrania), Moscú (Rusia), de Rumania, de Serbia, de Bulgaria y de Georgia.
La gente que habita en Palestina, puesto que allí recorrió pueblos y aldeas, llevando su mensaje y presencia salvadora. Entre los discípulos que le seguían, el Maestro Jesús escogió a doce apóstoles : Simón llamado Pedro ; Andrés su hermano ; Jacobo hijo de Zebedeo y su hermano Juan ; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo ; Lebeo, por sobrenombre Tadeo ; Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
Eran personas sencillas : pescadores, artesanos, funcionarios públicos, a quienes llamó para seguirle y difundir su obra en la tierra. Primero los formó mediante su ejemplo personal, su prédica y su accionar milagroso. Luego, rogó al Padre por la unidad de ellos, y les envió el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, para darles la necesaria fortaleza y plena comprensión para realizar la obra que les encargó: ir y bautizar a todas las naciones, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
PARA QUE FUNDO LA IGLESIA :
Para otorgar a los seres humanos un camino hacia la perfección y la salvación : Un camino de perfección en el amor al prójimo y las buenas obras, en la vivencia de la fe, en el encuentro íntimo con Dios, en la oración y por sobre todo, en la recepción de la Gracia Divina presente en los Santos Sacramentos.
Y un camino de salvación, elevando nuestras almas y cuerpos hacia Dios para que participemos de sus Energías Divinas, plenas de luz, como se manifestaron a Santiago, Pedro y Juan cuando Nuestro Señor Jesucristo se transfiguró en el Monte Tabor.
QUIENES LA FORMAN :
La Iglesia es un puente tendido entre el Cielo y la propia Tierra, diseñado y creado por el Dios-Hombre. La forman todos los bautizados en el nombre de la Santísima Trinidad : los que hoy estamos en la tierra y también por nuestros antepasados creyentes, que partieron de este mundo a la Patria Celestial.
Los seres humanos somos creados por Dios a Su Imagen y Semejanza, libres, con alma racional, personas compuestas de alma y cuerpo. En nuestro caminar hacia El nos encontramos con muchas dificultades, y somos en tantos aspectos limitados, por debilidades, caídas, vicios, agresiones, intolerancias, odios, resentimientos, angustias, dolores, etc., que jalonan nuestras vidas.
Sin embargo, a pesar de todos estos problemas nuestros, la Iglesia es Santa porque Santo es Su Fundador, Santos son los Sacramentos que recibimos en ella y Santo es su propósito : que alcancemos la santidad personal en la comunidad.
Somos una masa, y nuestra levadura es el Señor, para que la debilidad de cada ser humano sea transformada por la fortaleza divina. Así, el ser humano se renueva, nace a una nueva vida donde reina el Amor y la Luz de Dios Uno y Trino.
COMO SE ORGANIZO :
Transcurridos cincuenta días desde la Gloriosa Resurrección del Señor (diez días después de su Ascensión a los cielos), la comunidad de unas ciento veinte personas, en la cual se encontraba Santísima Virgen María, la Madre de Dios, junto a los Apóstoles, mientras oraban en la casa donde habían celebrado la Ultima Cena con el Maestro, experimentaron la irrupción del Espíritu Santo, que apareció como lenguas de fuego que se repartieron y asentaron sobre cada uno de ellos, cumpliéndose así la promesa hecha por Nuestro Señor Jesucristo.
El Espíritu Santo, Espíritu de Verdad y Fortaleza del Cosmos, otorgó sus dones a los Apóstoles para que comprendieran plena y conscientemente la enseñanza del Señor; y para que emprendieran con éxito la predicación a todos los pueblos y naciones en sus propias lenguas, sean judíos, griegos, árabes, escitas, egipcios, etc., hasta los confines de la Tierra. El Espíritu Santo también les fortaleció para sobrellevar la pesada y cruenta carga de las terribles persecuciones sufridas por los primeros cristianos y posteriormente por todos los mártires, hasta el día de hoy.
Los Apóstoles fueron predicando por las aldeas, ciudades y metrópolis de su época. Así crearon comunidades, dejando a cargo de ellas a un Obispo, ayudado por los ancianos o presbíteros y por los jóvenes llamados diáconos, quienes les colaboraron atendiendo toda clase de necesidades.
Las comunidades cristianas fueron creciendo y estructurándose, alabando al Señor, celebrando la Sagrada Eucaristía, mientras esperaban la vida triunfante de Cristo para reinar eternamente entre nosotros. Obraban el bien para y por todos, compartiendo como hermanos, puesto que eran hijos de un mismo y amoroso Padre Celestial.
Con el tiempo, los Obispos de las Metrópolis fueron llamados Arzobispos Metropolitanos y convocaban sínodos para resolver los problemas eclesiales de sus jurisdicciones. Al Metropolita de la Capital de una nación, reino o imperio, se le denominó Patriarca, siendo el Presidente del Sínodo, pero como primero entre iguales entre los demás obispos.
La Iglesia se caracterizó por una descentralización administrativa y su organización no obedecía a cuestiones dogmáticas. Así, en los primeros siglos, la cristiandad conoció los siguientes Patriarcados : Jerusalén (en Palestina), Antioquía (en Siria), Alejandría (en Egipto), Roma (en Italia), y Constantinopla (en Asia Menor, Capital del Imperio Romano Oriental).
Posteriormente, se crearon nuevos patriarcados, como el del Kiev (Ucrania), Moscú (Rusia), de Rumania, de Serbia, de Bulgaria y de Georgia.
SI HAY AUTONOMÍA, COMO SE MANTIENE UNIDA LA IGLESIA
La unidad de la Iglesia, entre sus miles de parroquias y diócesis en todo el mundo, sino la de todos los Patriarcados, está basada en dos pilares fundamentales :El primero es que tiene una cabeza que es Cristo Resucitado (Efesios 1,22), siendo la Iglesia Su Cuerpo Místico. El otro es la unidad doctrinaria de la fe y la comunión de la Gracia, del mismo Cáliz y los mismos Sacramentos, existiendo entre ellos un permanente lazo de oración.
Nuestra fe común tiene como fuente, las Sagradas Escrituras y la Santa Tradición. Fue comentada por los Santos Padres Teólogos de la Iglesia, como San Basilio el Grande, San Juan Crisóstomo, San Gregorio el Teólogo, San Gregorio Nazianceno, San Ignacio de Antioquía, San Juan Damasceno, San Agustín, San Gregorio Palamás, y otros., y por las enseñanzas explicitadas y proclamadas en los Siete Concilios Ecuménicos de toda la cristiandad, considerados como la más alta autoridad. Estos Concilios fueron celebrados en Nicea, Constantinopla, Efeso, Calcedonia, etc., desde el Siglo IV al Siglo VIII. En los dos primeros, Nicea año 325 y Constantinopla año 381, se estableció el Credo de nuestra fe, que cada domingo confesamos en voz alta durante la Divina Liturgia y en otros oficios.
Los Siete Concilios Ecuménicos afirmaron la pureza de la fe y la recta doctrina frente a las herejías, la veneración debida a las Sagradas Imágenes o Íconos, y la disciplina eclesiástica.
Asimismo afirmamos que la plenitud de la Iglesia es asistida por el Espíritu Santo, por lo cual la Iglesia es infalible.
DONDE ESTA AHORA LA IGLESIA :
Está en todo el orbe, proclamando el Evangelio en el idioma de cada pueblo o nacionalidad. Es Universal, pero no sólo geográfica ni temporalmente, sino en plenitud interior, puesto que donde se consagra el Pan y el Vino, en comunión con la ortodoxia, ahí está la presencia real del Señor ; ahí está la Iglesia plena, la Iglesia Militante en esta tierra y la Iglesia Triunfante en el Cielo. Donde se encuentra el Obispo, con su feligresía, ahí se encuentra la plenitud universal de la Iglesia.
ES SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA
Es Santa precisamente porque su Fundador es Santo, y está animada por el Espíritu Santo. Es Católica ; es decir, conforme a todos, puesto que está unida, conserva la fe verdadera y no está circunscrita a lugar, región, raza o pueblos, o períodos de tiempo desde su fundación cronológica. Apostólica, porque el mandato de predicar y bautizar fue encargado por el Señor a los Santos Apóstoles, cuyos sucesores sin interrupción que guardan la pureza doctrinal, son los Obispos.
Existe un Orden Sagrado Sacramental, al cual se consagran personas para servir a Dios como Diáconos, Sacerdotes y Obispos. Pero la Iglesia es plenitud de todos sus miembros, por lo cual, junto a los consagrados, participan vivamente los laicos.
QUE OTROS ASPECTOS LA CARACTERIZAN :
La Santa Iglesia Católica, Apostólica Ortodoxa la forman clero y laicos, actuando en ella cada uno según las bendiciones, dones o carismas recibidas, y según los cometidos que les son específicos.
Así, el clero es responsable por la labor pastoral, sacramental, espiritual, y litúrgica ; o sea, de la conducción de la grey, de la correcta administración de los Santos Sacramentos, de la orientación y cuidado espiritual de los fieles, y de las celebraciones litúrgicas en el templo. Por su parte a los laicos les corresponde desempeñar labores administrativas y sociales de su comunidad. Laicos y clérigos juntos comparten las labores pastorales y educacionales dentro de la comunidad. La responsabilidad de la Iglesia es por tanto de todos sus miembros.
POR QUE NECESITO DE LA IGLESIA? ;
La unidad de la Iglesia, entre sus miles de parroquias y diócesis en todo el mundo, sino la de todos los Patriarcados, está basada en dos pilares fundamentales :El primero es que tiene una cabeza que es Cristo Resucitado (Efesios 1,22), siendo la Iglesia Su Cuerpo Místico. El otro es la unidad doctrinaria de la fe y la comunión de la Gracia, del mismo Cáliz y los mismos Sacramentos, existiendo entre ellos un permanente lazo de oración.
Nuestra fe común tiene como fuente, las Sagradas Escrituras y la Santa Tradición. Fue comentada por los Santos Padres Teólogos de la Iglesia, como San Basilio el Grande, San Juan Crisóstomo, San Gregorio el Teólogo, San Gregorio Nazianceno, San Ignacio de Antioquía, San Juan Damasceno, San Agustín, San Gregorio Palamás, y otros., y por las enseñanzas explicitadas y proclamadas en los Siete Concilios Ecuménicos de toda la cristiandad, considerados como la más alta autoridad. Estos Concilios fueron celebrados en Nicea, Constantinopla, Efeso, Calcedonia, etc., desde el Siglo IV al Siglo VIII. En los dos primeros, Nicea año 325 y Constantinopla año 381, se estableció el Credo de nuestra fe, que cada domingo confesamos en voz alta durante la Divina Liturgia y en otros oficios.
Los Siete Concilios Ecuménicos afirmaron la pureza de la fe y la recta doctrina frente a las herejías, la veneración debida a las Sagradas Imágenes o Íconos, y la disciplina eclesiástica.
Asimismo afirmamos que la plenitud de la Iglesia es asistida por el Espíritu Santo, por lo cual la Iglesia es infalible.
DONDE ESTA AHORA LA IGLESIA :
Está en todo el orbe, proclamando el Evangelio en el idioma de cada pueblo o nacionalidad. Es Universal, pero no sólo geográfica ni temporalmente, sino en plenitud interior, puesto que donde se consagra el Pan y el Vino, en comunión con la ortodoxia, ahí está la presencia real del Señor ; ahí está la Iglesia plena, la Iglesia Militante en esta tierra y la Iglesia Triunfante en el Cielo. Donde se encuentra el Obispo, con su feligresía, ahí se encuentra la plenitud universal de la Iglesia.
ES SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA
Es Santa precisamente porque su Fundador es Santo, y está animada por el Espíritu Santo. Es Católica ; es decir, conforme a todos, puesto que está unida, conserva la fe verdadera y no está circunscrita a lugar, región, raza o pueblos, o períodos de tiempo desde su fundación cronológica. Apostólica, porque el mandato de predicar y bautizar fue encargado por el Señor a los Santos Apóstoles, cuyos sucesores sin interrupción que guardan la pureza doctrinal, son los Obispos.
Existe un Orden Sagrado Sacramental, al cual se consagran personas para servir a Dios como Diáconos, Sacerdotes y Obispos. Pero la Iglesia es plenitud de todos sus miembros, por lo cual, junto a los consagrados, participan vivamente los laicos.
QUE OTROS ASPECTOS LA CARACTERIZAN :
La Santa Iglesia Católica, Apostólica Ortodoxa la forman clero y laicos, actuando en ella cada uno según las bendiciones, dones o carismas recibidas, y según los cometidos que les son específicos.
Así, el clero es responsable por la labor pastoral, sacramental, espiritual, y litúrgica ; o sea, de la conducción de la grey, de la correcta administración de los Santos Sacramentos, de la orientación y cuidado espiritual de los fieles, y de las celebraciones litúrgicas en el templo. Por su parte a los laicos les corresponde desempeñar labores administrativas y sociales de su comunidad. Laicos y clérigos juntos comparten las labores pastorales y educacionales dentro de la comunidad. La responsabilidad de la Iglesia es por tanto de todos sus miembros.
POR QUE NECESITO DE LA IGLESIA? ;
QUE ME OFRECE? :
La Iglesia nos permite evolucionar individualmente y actuar en comunidad en pro de la perfección y la santidad.
Nos permite también encontrarnos con nosotros mismos, contemplativamente, buscando a Dios en el fondo de nuestro propio corazón y actuando con, por y para los demás, como muestra de amor al prójimo.
¿Qué nos ofrece la Iglesia? ; mas bien es uno mismo, como miembro pleno, quien se ofrece a los demás y los demás a uno. La Iglesia es plenitud de entrega, de amor y de comunión.
La Iglesia nos permite evolucionar individualmente y actuar en comunidad en pro de la perfección y la santidad.
Nos permite también encontrarnos con nosotros mismos, contemplativamente, buscando a Dios en el fondo de nuestro propio corazón y actuando con, por y para los demás, como muestra de amor al prójimo.
¿Qué nos ofrece la Iglesia? ; mas bien es uno mismo, como miembro pleno, quien se ofrece a los demás y los demás a uno. La Iglesia es plenitud de entrega, de amor y de comunión.
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