“El
Señor llamo al hombre vestido que llevaba en la cintura instrumentos de
escribir y le dijo: Recorre la Ciudad de Jerusalén, y pon una CRUZ en
la frente de todos…” Ez 9,3-4
Hermanos y hermanas en Cristo:
Hoy
les quiero hablar de algo santo para todos nosotros: Nuestras raíces
como cristianos, los cimientos de la fe. El profeta Ezequiel, nos habla
en el texto anteriormente citado que TODOS debían tener en la frente una
CRUZ (en el texto original se nos habla de la letra “tau”, la cual se
escribe +), la cual distinguirá a los que son fieles a Dios de los que
no lo son. Poner la Cruz en la frente significa, que nuestros
pensamientos, acciones, inclinaciones y sentimientos deben ser guiados
por el Espíritu Santo, ya que nosotros fuimos marcados el día de nuestro
Bautismo con el Santo Crisma, el cual, nos dejo la marca indeleble de
que somos PROPIEDAD DE CRISTO.
Pero
eso solo es el inicio, como dice el escritor de la Carta a los Hebreos:
“Así que sigamos adelante hasta llegar a ser adultos, dejando a un lado
las primeras enseñanzas acerca de Cristo. No volvamos otra vez a las
cosas básicas, como la conversión, y el abandono de las obras que llevan
a la muerte, o como la fe en Dios, las enseñanzas del bautismo…” Heb
6,1-3. El Santo Bautismo nos abre las puertas del cielo… pero solo
cruzaremos el umbral con nuestras buenas acciones. El Santo Bautismo nos
perdono todos nuestros pecados, ya que en el Santo Bautismo “nos lavo
en las aguas regeneradoras” Tito 3,5, pero es decisión nuestra
conservarnos puros, las cuales, junto al Espíritu Santo, nos ayudan a
nacer de nuevo y así
entrar en el Reino de Dios Jn 3,5. El agua del Santo Bautismo nos une a
Cristo y nos hace participes de la muerte y la Resurrección del Señor
Jesús Rom 6,1-4, pero es deber nuestro vivir día a días en nuestra carne
mortal el Kerigma: Pasión, Muerte y Resurrección…
Fuimos
marcados como propiedad de Cristo Rom 5,5, con la marca de Cristo, su
cruz redentora Ez 9,4, pero no debemos cambiar la marca de Cristo, por
la marca de la bestia Ap 13,18.
Nuestra
marca, fue grabada en nuestra frente, en nuestra alma y en nuestro
corazón por el poder del Santo y bendito Nombre de Dios: Padre, Hijo y
Espíritu Santo Mt 28,19
El
Santo Bautismo nos llama a una vida santa, sobria, alegre y pura. Por
el Santo Bautismo, dice el apóstol san Pablo que ya no hay hombres o
mujeres, esclavos o libres, sabios o ignorantes: Todos somos uno en
Cristo.
Antes
vivíamos en la oscuridad del pecado… hoy fuimos iluminados por el agua
del Santo Bautismo, ya que Cristo es la luz del mundo Jn 8,12.
Antes éramos esclavos del pecado Jn 8,31-47, hoy somos LIBRES EN CRISTO Rom 5,1
Antes
éramos herederos de juicio y condenación, por el pecado de Adán Rom
5,17-17… hoy somos hijos adoptivos de Dios porque hemos recibido de
Cristo la gracia y el amor Jn 1,17, que nos hace hijos Jn 1,12
El
camino es largo… y para sostenernos en la lucha podemos y debemos
recurrir al PAN VIVO QUE BAJA DEL CIELO: EL CUERPO Y LA SANGRE DE
CRISTO, LA SANTA EUCARISTÍA.
Los Ortodoxos estamos llamados a dos cosas:
I.- Debemos ser hijos de Dios por el Santo Bautismo (cosa que ya somos).
II.- Debemos vivir como hijos de Dios (algo que día a día luchamos por vivir, y que muchas iglesias han olvidado).
El
Santo Bautismo no es el final, es el principio del caminar cristiano…
estar marcados con la cruz del Señor por el Santo Bautismo nos debe
llevar a ser testigos y testimonios vivientes ante todas las personas,
debemos ser apóstoles, profetas, sacerdotes, discípulos e hijos de Dios.
En
este caminar, hemos de pasar por momentos tortuosos, por momentos de
tentación, de persecución o de soledad, ya que el camino del cristiano
es el camino de la cruz Mt 10,16-25
Nosotros,
como católicos Ortodoxos, estamos llamados a poner la otra mejilla ante
los insultos y la persecución, pero como profetas y apóstoles debemos
denunciar el pecado y la injusticia.
Debemos
defender nuestra fe, con amor y valentía como dice el santo apóstol
Pedro: “Estén siempre preparados a responder a todo el que les pida
razón de la esperanza que ustedes tienen, pero háganlo con humildad y
respeto…” 1 Pe 3,15-16
Nunca tengan miedo o vergüenza de gritar a los cuatro puntos cardinales: Soy un cristiano ortodoxo.
No
importa que la inmensa mayoría pertenezca a otra iglesia, y que esa
inmensa mayoría vivan como paganos, y que sus clérigos vivan como
dictadores déspotas, o que los amenacen o los persigan. Dice nuestro
Señor: ancha y espaciosa es la puerta que conduce al infierno…
Nosotros
como Ortodoxos estamos llamados a ser imágenes vivas de nuestro Señor
Jesucristo, ya que por el Santo Crisma, fuimos hechos CRISTIANOS, y por
eso, cuando nos persigan, los que llevan la marca de la bestia, debemos
recordar las palabras de nuestro divino Redentor:
“Dichosos
ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa
mía, los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén
contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así
también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.” Mt
5,11-12
Dios los bendiga a todos.
¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!
¡¡¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!!!
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