San Gregorio
Nazianceno renunció a la sede de Constantinopla muy poco después de
haber sido elegido, el año 381. Su sucesor fue Nectario, natural Tarso
de Cilicia y pretor de la ciudad imperial. A continuación narraremos la
forma peculiar como fue elegido, según la leyenda relativamente dudosa.
Cuando tenía lugar en Constantinopla el segundo Concilio ecuménico,
Nectario, que pasaba por ahí camino de Tarso, preguntó a Diódoro, obispo
de su ciudad natal si quería enviar con él algunas cartas. Muy
impresionado por el aspecto y los modales de Nectario, Diódoro le
propuso como candidato para suceder a Gregorio en el gobierno de la sede
de Antioquía. Aunque Melecio se burló de la idea, el nombre de Nectario
fue inscrito en la lista de candidatos que debía presentar
al emperador. Teodosio, eligió a Nectario, con gran sorpresa de todos,
ya que ni siquiera estaba bautizado. Se cuenta que era casado y tenía un
hijo. Como quiera que fuese, el Concilio ratificó la elección, y
Nectario recibió el bautismo y la consagración episcopal. Al salir de
Constantinopla, Gregorio escribió a los obispos: "Guardad vuestro trono y
vuestro palacio episcopal, puesto que eso es lo que os importa.
Regocijaos, envaneceos, reclamad el título de patriarcas y apoderaos de
inmensas posesiones." Desgraciadamente, el Concilio justificó en cierto
modo esas críticas, ya que, poco después de la elección de Nectario,
aprobó un canon por el que Constantinopla pasaba a ocupar el segundo
lugar después de Roma. Por eso se llama con frecuencia a San Nectario
primer patriarca de Constantinopla, aunque la Santa Sede tardó mucho
tiempo en reconocer ese título, que había sido concedido contra su
parecer.
San Nectario gobernó la sede durante dieciséis años y, si bien es muy poco lo que sabemos sobre él. no hay duda de que se opuso abiertamente a los arrianos, ya que el año 388, cuando circuló la noticia de que el emperador había muerto en Italia, dichos herejes incendiaron la casa del santo obispo. Los historiadores recuerdan principalmente a San Nectario porque suprimió en su diócesis el oficio de penitenciario y los ritos de disciplina pública, a raíz de un escándalo. El santo murió el 27 de septiembre de 397. San Juan Crisóstomo le sucedió en el gobierno de la sede. El nombre de San Nectario figura en el "Menaion" griego, pero no en el Martirologio Romano.
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