
En el año 862 fueron invitados por el príncipe Ratislav I para propagar el cristianismo en lengua eslava en la Gran Moravia, cosa que hicieron hasta sus muertes, en 869 (Cirilo en Roma) y 885 (Metodio en Gran Moravia), respectivamente. Para llevar a cabo su misión, y gracias a los conocimientos de la lengua eslava que tenían (su madre era búlgara), desarrollaron la escritura glagolítica, mediante la cual tradujeron las Sagradas Escrituras al antiguo eslavo. El papa Adriano II otorgó en 867 una bula por la que se reconocía el uso del antiguo eslavo en la liturgia, uso que sigue recibiendo en varias iglesias ortodoxas eslavas.
Posteriormente según el polaco Rocznik Krasińskich, los dos religiosos continuaron su viaje convirtiéndose en los primeros maestros de la doctrina Cristiana para el Gran Príncipe Géza de Hungría, quien era aún pagano. Si bien el primer acercamiento fue con doctos ortodoxos, posteriormente los húngaros se cristianizaran bajo el rito católico romano, tras la iniciativa de Otón III del Sacro Imperio Romano Germánico y la actividad evangelizadora de San Adalberto de Praga.
Ambos hermanos están canonizados en la Iglesia Ortodoxa como isoapóstoles. Se les conmemora el 14 de febrero en las iglesias católica, evangélica y anglicana. La Iglesia Ortodoxa dedica el 14 de febrero a Cirilo y el 11 de mayo a ambos hermanos.
En la República Checa y Eslovaquia es fiesta nacional el Día de San Cirilo y San Metodio, el 5 de julio, fecha en la que se cree que llegaron a la Gran Moravia. En Bulgaria, el 24 de mayo se celebra la fiesta nacional del Día de la cultura y educación búlgaras y del alfabeto eslavo.
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