Comienza
la vigilia nocturna. El coro canta solemne y pausadamente el salmo 103
que habla de la creación del mundo. Y el sacerdote camina al mismo
tiempo por el templo con el incensario. El aroma del incienso llena el
espacio.
El
incensario, al igual que el candelabro de 7 velas, son objetos
indispensables en el oficio religioso ortodoxo (Lev. 16:12). Desde los
tiempos de los apóstoles durante la oración se realiza el incensamiento.
En el incensario metálico sobre el carbón encendido se coloca el
incienso (alquitrán aromático de árboles orientales). Al consumirse el
incienso produce un humo aromático.
La
incineración de víctimas ante Dios se estableció en los tiempos de la
edad antigua. Es suficiente recordar la víctima del justo Abel. El mismo
Señor, en el Antiguo Testamento, ordenó a Moisés construir en el
Tabernáculo un altar de los holocaustos especial para quemar en él
sustancias aromáticas. Los Reyes Magos, que han venido a inclinarse ante
Cristo, han traído al Niño Dios entre otros regalos, también el
incienso. El Evangelista Juan el Teólogo, en la Revelación, ha visto en
el Templo Celestial al Angel recibiendo el incensario de oro
(Apocalipsis 8:3-5).
El
humo de incienso, que se esparce por el templo durante el oficio,
simboliza las oraciones de los feligreses, que ascienden a Dios y, a la
vez, la gracia del Espíritu Santo que místicamente las bendice.
Antes
de iniciar el incensamiento, el sacerdote pronuncia la oración: "El
incensario a Ti llevamos…" Por medio de esta oración es evidente que el
humo visible del incensario significa la presencia invisible de la
gracia del Señor, que santifica a los feligreses.
El
incensamiento durante el oficio religioso puede ser completo (abarcando
todo el templo), o en forma breve (altar, el iconostasio y a las
personas presentes en frente del ambón). El incensamiento de los objetos
sagrados (los iconos, el templo) se destina a Dios, consagrándole el
honor y la alabanza debidos. Cuando el incensario se dirige a las
personas, es confirmación de que el Espíritu Santo desciende sobre todos
los fieles como portadores de la Imagen Divina. En respuesta al
incensamiento, la tradición indica de inclinar la cabeza.
No
existe opinión unánime sobre si es legal o no, para los fieles, hacer
el incensamiento durante la oración doméstica. Los sacerdotes opinan de
diferente forma sobre este asunto indudablemente venerado. Lo mas
acertado es pedir la bendición de su confesor.
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