El
templo ortodoxo es un lugar especial con la presencia de Dios aquí en
la tierra. Se debe comportar en el templo humildemente, para no ofender
la grandeza del Santuario. Se debe llegar al servicio unos 5-10 minutos
antes del comienzo. Al entrar, se debe persignar y hacer una inclinación
de cintura. Los hombres al entrar deben quitarse el sombrero. Las
mujeres entran en el templo con la cabeza cubierta, sin la pintura
labial y vestidas de forma adecuada (al contexto del lugar). En el
templo no se debe conversar en voz alta, mantener las manos en los
bolsillos, masticar goma. No se debe caminar por el templo sin una razón
importante.
Colocar
las velas y besar los iconos se debe sin estorbar a los demás
presentes. Las conversaciones deben limitarse a lo más indispensable. A
los amigos se les saluda brevemente, posponiendo las conversaciones para
más tarde. A los niños no se les debe permitir correr, jugar o reír y
al niño que llora se lo debe tranquilizar o salir con él afuera.
No se permite sentarse en el templo con las piernas cruzadas.
Es
inadmisible caminar o conversar durante la lectura del Evangelio,
durante el canto del himno Querubínico y durante el Canon Eucarístico
(desde El Credo hasta el Padre Nuestro), y aún menos deseable es en este
lapso colocar las velas y besar los iconos. Corregir a alguien que ha
infringido las normas del comportamiento adecuado se debe, en todo caso,
muy delicadamente y en voz baja. Es mejor abstenerse de ello en
general, a no ser que se trate del caso de un hecho descarado y
atrevido. Finalmente, se debe permanecer en el templo hasta la
conclusión completa del servicio; abandonar el templo antes de finalizar
el oficio, sólo se puede en casos de malestar o una extrema necesidad.
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