Cerca
de cinco mil personas han presenciado este lunes pasado el gran milagro
que ocurre en el río Jordán, año tras año, el día de la Theophanía.
Inmediatamente
después de que el Patriarca Teophilos bendijera las aguas, el río
Jordán comenzó a fluir al revés, exactamente como lo hizo, según la
tradición, después de que fuera bautizado nuestro Señor. Después de que
fueran arrojadas las cruces a las aguas tranquilas del río que fluían
normalmente, y de que fueran bendecidas, se tornaron espumosas y el
flujo del río se invirtió durante unos minutos. El grito de sorpresa de
los cerca de cinco mil peregrinos resonó en medio del desierto de Judea.
Las aguas cambiaban su continuo fluir como hace dos mil años. La
noticia la ha enviado el P Antonio Perdomo de la Parroquia de San Jorge
de Sam Houston in Pharr, Texas. El video fue colgado en You Tube por
unos peregrinos griegos que presenciaron el gran
milagro en el año 2006Ante la grandeza del acontecimiento y ya que lo
desconocía porque estas noticias no salen en los telediarios y
periódicos españoles, me he puesto en contacto con el Patriarcado y con
gran alegría me lo han confirmado: “las aguas cambian su curso todos los
años, como cuando nuestro Señor salió del Jordán después de ser
bautizado y la cruz sube contra corriente, mejor dicho siguiendo la
corriente pero al revés de lo que es habitual. El Patriarca con lágrimas
en los ojos decía en voz baja ‘Doxa to Theo, Doxa, to Theo’, un gran
milagro padre, un gran milagro”. Son dos los grandes milagros que se
repiten año tras año en Tierra Santa, el del Santo Fuego la mañana del
Sábado Santo y el del Jordán en la mañana del día 19 de Enero. Cuando
los contemplas y frente al feroz racionalismo en el que nos toca vivir
sólo puedes recordar como aparece en el mensaje del P Antonio las
palabras de San Cosme de Aetolia: “He
explorado las profundidades de la sabiduría; todas las religiones son
falsas y a está conclusión llegué: sólo la Fe Ortodoxa es correcta y
santa. Y a vosotros os digo, debéis de estar contentos de ser cristianos
ortodoxos y debéis de compadeceos de los infieles y herejes que caminan
en la oscuridad” Mientras judíos y musulmanes se destruyen en una
guerra violenta con cientos de muertos, Cristo santifica las aguas del
Jordán recordándonos que solamente Él es el Soberano y Señor, el Kirios
de todo y de todos, el Príncipe de la Paz y que fuera de Él, como nos
demuestran los tristes acontecimientos sólo hay muerte y destrucción.
Junto al Patriarca Theophilos sólo nos queda decir: ¡DOXA TO THEO!
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