El
abad Hiperiquio decía: Es mejor comer carne y beber vino que, mediante
la calumnia y descalificación, devorar la carne de tu hermano.
Cierto
hermano fue al abad Poemen y le dijo: ¿Qué debo hacer, Padre? Siento
una gran tristeza. El anciano le dijo: No desprecies nunca a nadie, no
condenes nunca a nadie, no hables nunca mal de nadie, y el Señor te
otorgará la paz.
Uno
de los hermanos había pecado, y el sacerdote le mandó que abandonase la
comunidad. Entonces el santo abad Besarión se levantó y salió con él,
diciendo: ¡Yo también soy un pecador!.
Abba
Macario decía: "Si cuando reprendes a alguien te dejas llevar por la
cólera, sacias tu propia pasión. No debes jamás destruirte a tí mismo ni
por salvar a otro". (Alf, Macario, 17)
Abba
Macario, el Grande, decía a los hermanos de Escete cuando se retiraba
de la asamblea: "Huid, hermanos". Uno de los padres le dijo: "¿A dónde
vamos a huir más allá de este desierto?" El ponía el dedo sobre su boca y
decía: "Huid de ésto"; y después, entrando en su propia celda, cerraba
la puerta y se sentaba. (Alf, Macario, 17)
“Medita
en todo momento las palabras de Dios, persevera en la fatiga, da
gracias en todas las cosas (1 Ts 5,18), huye de la alabanza de los
hombres, ama al que te corrige en el amor de Dios. Que todos te sean de
provecho, para que tú seas de provecho a todos. Persevera en tu trabajo y
en las palabras de bondad; no des un paso adelante y otro atrás, para
que Dios no te aborrezca. La corona, en efecto, será de quien haya
perseverado. Y obedece siempre más a Dios, y Él te salvará” San Antonio de Egipto
"Resulta
extraodinario que nuestro Señor nos enseñe a llamar a Dios no solo
"Padre", sino "Padre nuestro", y no "Padre mío". Así nos desvía de una
relación egoísta con Dios. Existe Dios y nosotros, no Dios y yo. Así
nuestro corazón se abre a nuestros prójimos, que son por naturaleza
hermanos a causa de nuestra procedencia común de Dios Padre."
Abba
Marcos preguntó a abba Arsenio:" ¿Con que fin nos abandonas?" El
anciano le dijo:" Bien sabe Dios que os amo, pero no puedo estar con
Dios y con los hombres. Las miríadas de esferas celestes únicamente
tienen una voluntad, mientras que los hombres tienen muchas. Por tanto,
no puedo abandonar a Dios por estar con los hombres".
Un
anciano dijo: "Prefiero ser vencido con humildad, que vencer con
soberbia" y tambien: "La humildad no se irrita ni hace irritar a nadie".
Una
vez abba Longino interrogó a abba Lucio sobre tres pensamientos. Dijo:
"Quiero volverme extranjero". El anciano le respondió: "Si no sabes
contener la lengua, no serás extranjero a donde quiera que vayas. Contén
la lengua y serás extranjero". Le dijo todavía: "Quiero ayunar". El
anciano le respondió:"Dice el profeta Isaías: Aun cuando dobles tu
cuello como un anillo y un junco, ni siquiera eso será llamado ayuno
agradable. Domina más bien tus malos pensamientos".Le dijo por tercera
vez: "Quiero huir de los hombres". Le respondió el anciano:"Si antes no
consigues vivir con los hombres, no podrás ni siquiera vivir en la
soledad". (Alf, Longino 1)
Amma
Teodora un día explicó a un monje que quería marcharse del monasterio
para no tener que pasar por tentaciones, que en una ocasión un monje
cogió le sandalias para marcharse, y vio al demonio que haciendo lo
mismo le decía: "No te marches por mí, porque allí donde tú vayas yo te
precederé".
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